domingo, 3 de abril de 2011

Pensamientos voladores

No es que el amor por si solo duela. El amor es divino y bellísmo, pero cayó en las imperfectas manos humanas (gracias a Dios). Pero lo que el hombre hace del amor, sí, duele. En la teoría, los besos, los abrazos, las manos y todo más son solo una manera de dar cariño a quien se ama, sea quien sea. Pero la convivencia crea aquel amor del cine que viene junto con los celos y con el dolor después, porque tenemos la rutina para testar la pureza de nuestras intenciones. Y no raro no pasamos en los testes. Caemos en la armadilla de la rutina. Peleamos. No es tampoco que me guste más la tristeza que la alegria. No, por supuesto, la alegría es absolutamente mejor que la tristeza. Pero yo sí valoro la tristeza, el dolor, los sufrimientos, incluso la muerte. Porque en esas cosas la poesía también vive, y me gusta todo en lo que haya poesía. Es importante la alegría, por supuesto, pero no sin saber que la tristeza puede llegar a cualquier momento. Es importante también la tristeza con consciencia de que la alegría vendrá y depende tan solo de ti. A la vez, es importante el amor, y importante aguantar el dolor que él provoca por nuestra propia culpa, pero NO para todo el siempre sufrir, sino para todo el siempre amar, sin dejarse sufrir.

Nenhum comentário:

Postar um comentário